Un buen diseño vale más que mil palabras

La belleza del diseño no se trata simplemente en crear algo bonito para la vista, sino de transmitir al usuario la función e imagen de la marca. Para ello es importante crear un vínculo entre los valores de la empresa y el diseño e imagen que quiera transmitir. Todo diseño por lo tanto tiene un objetivo, pero lo que distingue un buen diseño es la efectividad con la que cumple su objetivo.

Lógicamente, nuestros clientes no son eternos y es importante adaptarse a las nuevas tendencias, eso sí, manteniendo siempre la esencia de nuestra empresa. De lo contrario, estaremos vendiendo al usuario un concepto de organización completamente diferente. Por eso es primordial saber nutrirse de las tendencias para encontrar mejores soluciones.

No es nuevo saber que el buen diseño ayuda a vender más y es que no nos sentimos igual de a gusto cuando entramos en una tienda de ropa bien ordenada, con una imagen establecida y unos dependientes que representan la imagen de la empresa, que si entramos en una tienda dónde las cosas están colocadas sin un orden claro, dependientes desinteresados y donde no entendamos la imagen que quiere transmitir.

Invertir tiempo en mejorar la imagen de tu marca es un pequeño esfuerzo comparado con los beneficios que te aportará.